Mientras algunos prefieren hacer conjeturas sobre el argumento de Matrix Reloaded (después de 950 mensajes se ha llegado a hablar del Agente Smith absorbiendo al Oráculo...), y otros prefieren hacer un poco de filosofía sobre el trasfondo de la película (gente del calibre de Hubert Dreyfus o David Chalmers), yo me dedicaré en estas post a hablar de estética. La estética de Matrix.
Yo creo que tenéis a Matrix hasta en la sopa, y no es broma. La estética de Matrix no es original: es un compendio de las evoluciones estéticas de los años 90. Son muchas las influencias directas que se han llegado a descubrir: el cine de artes marciales de Honk Kong, el manga japonés, Tron, Terminator (por la expresividad de los actores, las gafas y la escena de la autopista), el ciberpunk de Gibson (la Matriz, Wintermute versus Neuromante = Arquitecto vs. Oráculo)... de todo un poco, vamos. Matrix no es algo nuevo, es una remezcla, un remix, un refrito.
Pero no es suficiente con describir la genealogía de una obra, hace falta también describirla. No soy un crítico de cine, ni de arte, ni un freak: me limitaré a ofreceros mis impresiones. Podemos partir de un hecho bastante central: la estética de Matrix - y posiblemente la estética de los últimos años del siglo XX - es una esclava del pensamiento digital. ¿Qué significa esta expresión oscura?
Por "pensamiento digital" me refiero a una forma no-analógica de ver el mundo; el pensar "digital", y su estética, está hecha de "saltos" discretos y perfectos, perfectamente definidos. El guión "digital" consiste en una serie de escenas modulares que pueden disfrutarse a placer en cualquier orden. Más allá de la estructura, la estética "digital" se concreta en el troceado de actos y diálogos, en la falta de armonía, de color, de vida.
Matrix Reloaded es, como película, la representante ideal de este tipo de pensamiento y estética. El espectador no logra disfrutar de la película en su entereza. No se halla, de hecho, ante un continuum de emociones como en obras de corte "analógico", sino a una serie de escenas, un storyboard costoso, un enorme trailer, un fusilamiento maligno de ideas e imágenes. Y estas últimas son una parte fundamental del todo.
La imagen del arte "digital" puede resumirse en frames, en fotogramas sobre los cuales se tiene un poder ilimitado. Con una lógica binaria, los personajes lloran o se ríen, hablan o no hablan. Pausas y acción se turnan de forma ordenada e impecable. Las emociones son planas y sencillas: frías. El atractivo de Matrix Reloaded, para el espectador "digital", consiste en esta transparencia en la organización de la trama, en el comportamiento lineal de los protagonistas, en la evolución previsible y por etapas de situaciones y relaciones.
Dentro de este diagrama modular, nos hallamos por otro lado con sinergias de imagen y sonido toscas y, sin embargo, efectivas. Matrix Reloaded, así como el cine "digital", se puede comparar con un bote de pastillas alucinógenas: cada unidad discreta que compone el conjunto contiene una serie de sugestiones estéticas independientes. Analicemos una escena típica de la película que nos ocupa: la lucha de Neo contra las docenas de Agents Smith.
La escena es totalmente independiente de la película. Podría eliminarse y jamás nos daríamos cuenta del agujero. Es una "píldora", un digito en posición "on", un "shot" aislado de imágenes en movimiento, música, coreografías de lucha, e incluso filosofía pop. En esta escena tenemos prácticamente toda la película, y todos los elementos estéticos, reunidos para nuestro deleite en un cocktail posmoderno.
Tenemos, pare empezar, la metrópolis sucia y desierta, el espacio cerrado, el duelo. Smith entra en el recinto rodeado por cuervos, y lo hace en slow-motion (¿os acordáis de Terminator 2?). El ambiente es verdoso, y verdes son los caracteres de las pantallas de fósforo que aparecen en toda la película. Verde es el código que baja como un río, un ADN electrónico, la base de la estética Matrix. La teoría de la información, la importancia del número y de la cantidad exacta enfrentada al caos energético, a la entropía. Y por encima de todo ello, emerge la vida virtual. El diálogo breve e intenso entre los dos protagonistas (o quizá deberíamos llamarlo "el monólogo de Smith"), se desarrolla en un marco atemporal, artificial.
Acto seguido, la lucha. Lucha en la cual los contrincantes apenas se tocan. Lucha que, en efecto, también demuestra ser digital. El kung-fu hecho de golpes exactos y rápidos, saltos, pasos ensayados y calculados ad hoc. No es una lucha sucia: no hay sangre, no hay sudor, no hay cansancio. Uno de los Smith se levanta y murmura "Más". El arrogante Neo agarra un palo de hierro e invita al combate. El espectador digital se regocija en su butaca con los estímulos simples que se le ofrecen. Golpes secos, llenos de sonido, sin pausa.
Y luego la huida, el vuelo: el héroe vestido como un párroco que demuestra poderes excesivos y desmesurados. Es sencillo, en un mundo digital, volar, resucitar, matar: tan sencillo como pasar de cero a uno, introducir un cheat code y darle a Intro
. No hay dudas, no hay miedos, ni siquiera una mueca. La sonrisa verdadera desaparece para dejar espacio a la sonrisita perversa de un androide. La estética de Matrix, es así: artificial, hecha por y para un ordenador. Un recuento de puntos en el Top Score de las explosiones. Un puñado de sentimientos que parecen trozos de carne en una mesa de autopsia.
No sé, a lo mejor depende del espectador...
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Comentarios
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'Matrix' nunca ha sido más que un cúmulo de efectos especiales y escenas espectaculares al que hubo que buscar una trama. Ni es original, ni es consistente argumentalmente... Es simplemente un producto de consumo para quienes se dejan cautivar por una sucesión de efectos especiales y gadgets tecnológicos. Al lado de la serie de películas de los hermanos de apellido impronunciable, 'La amenaza fantasma' es una obra maestra.
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Bueno, bueno, bueno, veo que los animos se calientan y frente a los miles de fans de la saga hay iguales detractores, pues bien, yo soy fan y detractor a la vez, cierto es que la estetica matrix es una mezcla de muchas cosas de los 90, pero tambien de otras epocas, y si no, ¿en que se van a basar? ein?, si yo pregunto a alguien que como se imaginaria un ser extraterrestre, lo mas probable es que me diga que con antenas, si te digo que te imagines a dios, con barba blanca y tunica a juego, si te digo que te imagines una vida dentro del ciberespacio, probablemente te imaginaras todo con chips, luces de neon y por que no, el verde, color hasta ahora de las placas base (ahora vienen en nuevos colores, claro esta).
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Um, veamos.
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Si que es artificial, pero ofrece una estética futurista de días y vidas totalmente discretas, donde nada es continuo; donde las máquinas llegarán a superar al hombre. Quizás se llegue a ese punto y sólo podamos observar a las máquinas desde una butaca. Porque todo será artificial y el ser humano se desvirtuará. Estos aspectos están claramente tirados de Shopenhauer, en mi opinión. |
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El color verde de Matrix, hemos de reconocer, es todo un homenaje a las pantallas de fósforo verde que tenían los terminales de los antiguos ordenadores.
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No hace falta buscarle tantos pies al gato: Matrix Reloaded es mala malísima, punto. Un intento de exprimir todavía más al público. Lo cuál hace que la Matrix original parezca todavía mejor de lo que era... |
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Estamos delante de un peliculón.
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Afortunadamente pude coger el bote de palomitas gigante que tenía la señorita que estaba en la butaca contigua y pude, tras vaciarlo violentamente, vomitar a tiempo en él. Pero, siempre hay un pero, la primera parte (Matrix I) es bestial, efectos especiales al margen, el argumento me parece excelente, lamentablemente, lo extinguieron en la primera entrega. La amenaza fantasma no me merece mejor opinión.
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